Universidad Católica Boliviana "San Pablo"

CAPITULO XVII COCHABA^IBA— LA CIUDAD DE LAS FLORES E X un hermoso valle de una de las serranías orientales de la Cordillera Real, tan jírote- gida del frío riguroso de las alturas mayores como del excesivo calor de las llanuras más bajas, la ciudad de Cochabaml)a descansa sonriente bajo un sol benigno, rodeada de colinas pintorescas }- fér- tiles valles, con la cima nevada del Tunari en el horizonte septentrional v los tortuosos cañones del Río Grande extendidos hacia el Sur. Ni en el Valle de Kashmir es el céfiro más balsámico ni más variada la expresión de la amable Naturaleza. Sus jardines se embellecen con las más lindas flores y en sus huertas crecen las frutas más delicadas. Es la metrój)oli de una región opulenta en pro- ductos. Como una de las más antiguas y más importantes ciudades de Bolivia, posee interés his- tórico y social li) mismo que la atraccit'm c|ue proporcionan el panorama v el clima y re- clama la atención no solamente por su encanto propio sino por ser la cuna de muchos de los hombres eminentes de la República. En el tiempo en (jue el noble Don Francisco de Oropesa. Conde de Toledo, el más grande de los \'irreyes, dio la orden de fundar á Cochabamba en 1570, estaba visitando la ciudad de Ea Paz. Se le llamó la atención al hecho de que algunas familias de los leales subditos de !>u Majestad el Rey Felipe IT estaban viviendo en un valle que los indios lla- maban Cochapampa, donde se hallaban completamente aisladas y sufriendo muchas penali- dades por la falta de comodidades públicas. Con su rapidez característica despachó un representante, á quien proveyó de la autoridad necesaria ])ara establecer una ciudad en el sitio de un pueblo llamado Canata. .\unque hubo demora en la ejecución de este plan, fué 279 LA .\LA .\1 EDA. — COC H AISA MBA.

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